Tacto

Nos vamos construyendo alrededor de nuestros cinco sentidos: son nuestros tentáculos que absorben, emanan, reciben y expresan. Cada uno tiene una función única y maravillosa. Y cuando los cinco se apagan, se entra en coma, que es la vida en nada.

En nuestros dedos se concentra el sentido del tacto, ese que siempre, necesariamente, se establece desde el contacto. Por ello, es un sentido que requiere proximidad y convivencia, y cuando se establece desde la pasión correspondida, multiplica nuestra esencia. Porque el tacto, transmitido desde unas huellas de identidad únicas e irrepetibles, concentra nuestra conexión más profunda con otras vidas. El tacto estrecha, abraza, multiplica y a veces rechaza. El tacto compromete.

Texto: Ángela Becerra
Ver artículo completo: adn.es

mmm... chocolate

Y seguimos con más chocolate :-)
El show televisivo de Oprah Winfrey realizó un decorado entero de chocolate!! Se utilizaron 7.000 barras de cacao Godiva y 2.400 trufas para sillas, mesas, candelabros e incluso una chimenea.  

Se puede el video del making-off en el siguiente enlace: making-off

Entre fogones: Fondue de chocolate

Y otra vez viernes!! Lo mejor de la semana!!! Esta semana empezamos el finde muy dulcemente: con chocolate. Una fondue con frutas y bizcocho :-)

Yo la preparé con: plátano, frambuesas, piña, kiwi, bizcocho y tostadas.  Aunque las frutas que más me gustaron fueron los trozos de piña y frambuesa :-)



El mundo desde sus origenes

¿Eran de los que odiabas la asignatura de Historia en el colegio?
Aquí tienes un repaso a la historia desde el principio.










Esta animación ha sido realizada por la técnica FlipBook.

Entre fogones: Dátiles con bacon

¡Ya fin de semana!! Así que.... manos a la obra :-)

Hoy algo sencillo pero está muy bien pra picotear: dátiles con bacon.



Dátiles con bacon
Ingredientes:
  • Dátiles
  • Bacon ( o jamón serrano)
Receta
  1. Deshuesamos los dátiles.
  2. Enrollamos el bacon en el dátil.
  3. Sujetamos el bacon con un palillo.
  4. Los freimos en una sartén.
Notas:
Se puede hacer tanto fritos en una sartén como en el horno.

Reconstruir

No existe hogar que en algún momento no haya conocido viento y tormenta, frío abierto y noche cerrada.

Alguno se destruyó porque se movió en exceso el suelo sobre el que dos cimentaron su arquitectura de vida. Otros, simplemente fueron quedando inservibles porque su hoy se fue distanciando de su ayer, algo que atribuimos al paso de ese tiempo que decimos que todo lo cambia.

Pienso que no es cierto. No cambia el tiempo: lo que cambia es cómo sentimos nuestro tiempo, aquel momento en que entendemos que la mejor comida, mal digerida es indigestión; que el amor no se construye sólo desde el ímpetu del dar, sino también desde el flujo del recibir.

Y entonces llega el momento de la suprema decisión: abandonar o reconstruir.

Reconstruir requiere fe e ilusión, porque significa volver a proyectarse desde una convivencia bien distinta a la que causó la malvivencia. Habrá que pensar en menos habitaciones y rincones, espacios más diáfanos, luminosos, ventilados y abiertos. Habrá que pactar unos cimientos comunes que aguanten vendavales, nevadas y chorradas.

Y todo habrá que hacerlo desde esa humedad que sólo genera el amor, porque las lágrimas secas y resentidas son incapaces de fraguar nuevos cementos.

Reconstruir fielmente el pasado es absurdo porque, a partir de ahora, de nosotros sólo queda el futuro.

Reconstruir es quedarse con lo bueno, y el resto, cambiarlo del todo para un futuro distinto y mucho mejor.

Texto de: Ángela Becerra 

¿Todo está en Google?

Últimamente las nuevas tecnologías forman parte de nuestra vida diaria. Pero... ¿todo está en Google? Veamos.....






Este anuncio de Google se emitió durante la Super Bowl.

¿Os ha gustado? 
¿Encontráis todo lo que necesitáis en Google?

Yo todo no, pero.... casi todo :-)


.

La banda del suflé

Cuando te deja una novia, puedes preguntarte qué tendría ella para no apreciarte. Si te dejan dos, la miopía de ellas comienza a sugerir una pandemia. Pero si te dejan todas, mejor te miras tú.

Aquí os dejo con un relato de Francisco Javier Zudaire que he encontrado por casualidad, espero que os guste:

Fuente: CRÓNICAS DE ASFALTO FRANCISCO JAVIER ZUDAIRE

É L era lo suficientemente idiota como para pensar que ella lo había dejado, de manera que daba por hecho haber estado unido a sus encantos, cuando lo cierto era, según le convenció el psiquiatra -un fenómeno de la palabra albardada, a 500 euros la consulta-, que su novia nunca estuvo con él, no en el sentido de estar con todas las consecuencias, así que, conclusión afortunada: no lo había dejado nadie, ella había convivido a su aire, egoísta, sin contar con él.

Salió de la terapia con el ánimo reconfortado y los 1.500 euros menos de las tres sesiones, pero consciente, por fin, de que él no era un abandonado. Eso le dio seguridad, le evitó sentirse un fracasado, le impidió darse a la bebida, tener problemas en el trabajo. si bien se miraba, la minuta del psiquiatra resultaba barata factura ante el beneficio psíquico. Con la estabilidad emocional por las nubes -no había perdido nada-, comenzó a buscar nueva compañía, salió por la noche, alternó con sus compañeros. Y apareció otra. Congeniaron en pocos días y probaron a vivir juntos. La chispa saltó por una tontería, como suele acontecer. Ella se fue de compras y al parecer se encontró con unas amigas, se fueron a cenar y llegó tarde a casa. Podías haber avisado, ¿no? Así comenzó él, pero ella respondió que no estaban ligados por ningún contrato ni tampoco era para hacer un granero de un solo grano; ¿qué importancia tenía ir a cenar con las viejas compañeras del cole? Acabaron mal, la discusión y la convivencia. El grano hizo granero. Fin, otra vez al diván. De allí, en eso tenía buen ojo, salía siempre hecho un jabato: o no le convenían, o nunca lo entendieron, o jamás supieron apreciar sus dones, que eran muchos. Ellas se lo perdían, palabra de psiquiatra. Iba, pues, quemando etapas a velocidad de crucero, porque después de esos dos episodios, llegaron otros tres de parecido final. Y, siempre, con el mismo resultado. Pero -aun pareciendo falsa antítesis, porque seguramente lo es-, lo que no ganaba en convivencia, lo perdía en metálico. Para ser exactos, ya llevaba invertidos unos 10.000 euros en hinchar el suflé de la autoestima, y comenzaba a envidiar a ésos que ni sufren ni padecen, ni se hunden ni dejan de flotar, gente que no precisa de loqueros para recuperarse de un desamor. En fin, ¿cómo era posible que tuviera tan pésima suerte en su vida sentimental? Entonces abordó, más que una experiencia, la experiencia. Un comienzo de lo más vulgar dio paso a su gran historia. La conoció en la calle, una tarde de lluvia -en aquella ciudad casi siempre llovía-, cuando ella estuvo a punto de herirlo en la cara con la varilla rebelde de su paraguas. Compungida, aceptó tomar un cortado, con leche fría, en su compañía. Él pidió un café solo y aprovechó su viaje al servicio para sobornar al camarero y pedirle que pusiera música a la infusión con un chorrito de coñac, para animarse. La conversación se alargó, tomó hasta cinco caféscristianados, y ella optó por un licor de hierbas, pero lo más importante fue que se enamoró. Mucho. Como el idiota que era, más o menos. Quedaron, salieron, conectaron, compartieron, se prometieron y, claro, anunciaron la boda. Esta vez iba en serio. Ella lo quería, no había más que mirarla y ver en sus ojos zarcos su entrega sin fisuras, el paraíso escondido en aquel mundo azul de interiores sublimes. Incluso convivieron ese tiempo de espera hasta el enlace manteniendo las distancias en su casa de soltero, como dos castos enamorados. Y no, sólo él lo estaba. Por eso fue la gran historia. Por partes, como dijo el descuartizador de Boston: un mediodía, ella no vino a comer, ni a cenar, ni a dormir. Vamos, que no vino a nada. Le aconsejaron prudencia antes de denunciar una desaparición. La poli ha visto demasiadas películas y no daría pábulo a cualquier seso (con ese) sorbido. Todo se confirmó al notificarle el banco que estaba desplumado. Menos mal que tenía otra pequeña cuenta secreta para emergencias, y de ella se valió para buscar consuelo en Fede, el psiquiatra. Esta vez lo necesitaba más que nunca, la herida era profunda, exactamente un tajo de 5.000 euros. Costó, pero salió como nuevo. Hasta el día en que el periódico lo devolvió al pozo. La noticia decía:

F. D. A. fue detenido ayer por sus prácticas ilegales de falso psiquiatra. El arrestado era el capo de una red que se ocupaba de esquilmar incautos, supuestamente hundidos anímicamente. Para ello, había montado una organización de jóvenes agraciadas que enamoraban a los ingenuos, les destrozaban los egos y les aliviaban las cuentas corrientes. El jefe de la trama cerraba el círculo con supuestas sesiones de componenda psíquica a 500 euros la unidad. La policía pide a quienes hayan sido perjudicados por esta banda que se presenten en comisaría para hacer la denuncia y calibrar el alcance del fraude.
 
La verdad, no me atreví a ir.

Misterio tras el mantel

La semana pasada escuchando Asuntos propios , (programa de radio al que estoy enganchada y con el descubrimiento de los podcast ya no me pierdo ni uno) me enteré que unos científicos italianos quieren exhumar el supuesto cuerpo de Leonardo Da Vinci para demostrar que los restos que se encuentran en Francia son del artista toscano, y por otro, reconstruir su rostro y compararlo con las líneas faciales del célebre cuadro custodiado en el Louvre (La Gioconda). Más info: abc.es

Son muchos los misterios que rodean a muchos de los cuadros de Da Vinci: La Gioconda es uno de ellos, pero también Il Cenacolo.

Aquí os dejo uno de los misterios que rodea al mantel de La última cena, de Leonardo Da Vinci, del blog: antoandreu.com

A Giovanni Maria Pala, un músico italiano, siempre le había llamado la atención el mantel pintado en La Última Cena, ya que tiene dibujadas líneas horizontales. Las líneas verticales que aparecen en algunas partes del mantel en concordancia con los trozos de pan presentes en la mesa le hicieron pensar en la posibilidad de un pentagrama musical con notas.

El primer intento de tocar el pentagrama dibujado fue un completo fracaso, no sonó nada aceptable. Así que decidió estudiar más profundamente el cuadro de Da Vinci. El hecho de que los Apóstoles representados en el cuadro se agrupen de tres en tres, le hizo pensar en la posibilidad de que el ritmo fuera 3/4, como mucha de la música del siglo XV.

El resultado seguía sin ser del todo satisfactorio. Entonces decidió tomar también las manos de los apóstoles como notas (además de los trozos de pan), e interpretó el pentagrama de derecha a izquierda, siendo coherentes con la forma que tenía Leonardo da Vinci de escribir. El resultado que Pala obtuvo le sorprendió gratamente. Abajo podéis ver el resultado:





¿Vosotros qué opináis? 
Casualidad o no. 


No hay que olvidarse que Leonardo fue un genio, así que cualquier cosa pudo pasar por su mente (más allá de la nuestra y de la vista)

Cuenta atrás

3, 2, 1. Comienza la cuenta atrás.... para los Oscar!!! Esta semana se han conocido todas las nominaciones (las podéis ver en Oscar.com

¿Hacemos apuestas? Antes de hacer mi apuesta personal tengo como misión ver todas las películas (en V.O.) que pueda hasta la fecha.

De momento, os dejo con uno de los cortos animados nominados: The Lady and the Reaper (La dama y la muerte), de Javier Recio Gracia. Un corto español, ahí va: